...la Biblia de Jerusalén
I Samuel 24, 14-23
14 pues como dice el antiguo proverbio: De los malos sale malicia,
pero mi mano no te tocará.
15 ¿Contra quién sale el rey de Israel, a quién estás persiguiendo? A
un perro muerto, a una pulga.
16 Que Yahveh juzgue y sentencie entre los dos, que él vea y defienda
mi causa y me haga justicia librándome de tu mano.»
17 Cuando David hubo acabado de decir estas palabras a Saúl, dijo
Saúl: «¿Es ésta tu voz, hijo mío David?» Y alzando Saúl su voz, rompió a
llorar,
18 y dijo a David: «Más justo eres tú que yo, pues tú me haces
beneficios y yo te devuelvo males;
19 hoy has mostrado tu bondad, pues Yahveh me ha puesto en tus
manos y no me has matado.
20 ¿Qué hombre encuentra a su enemigo y le permite seguir su
camino en paz? Que Yahveh te premie por el bien que hoy me has hecho.
21 Ahora tengo por cierto que reinarás y que el reino de Israel se
afirmará en tus manos.
22 Ahora, pues, júrame por Yahveh que no exterminarás mi
descendencia después de mí y que no borrarás mi nombre de la casa de mi
padre.»
23 David se lo juró a Saúl. Saúl se fue a su casa y David y sus
hombres subieron al refugio.